Saltar al contenido

Blog.

Artículos, tips y noticias sobre nuestros inseparables gatos

Dolor en gatos

Toda historia tiene un comienzo y aquí va el mío con Susana.

Mi nombre es Jako, antes me llamaban «Jakito» y ahora «Señor Mayor».

Nací en el 2000 en una camada de 5 gatitos. Fuí el último en nacer pero el primero en comer.

Susana vino a conocernos y sentimos un flechazo mutuo. ¡Nos elegimos!

Ella convivía con su madre Antonia y con una gata llamada Luna que me acogió como si fuese una madre. (Pero antes tuvo que pasar un tiempo porque al principio me miraba con recelo.)

Para mis primeros días recuerdo que Susana montó algo parecido a una guardería en una habitación donde no me faltaba de nada. Incluso me puso cerca un reloj para que escuchase su tic tac y no me sintiese solo.

De jovencito fui un gato travieso, rompía las cortinas, me balanceaba en las plantas, le traía lagartijas a Susana… Siempre me gustó ver las caras que ponía cada vez que le llevaba una y se la dejaba encima.

Los días, meses, años fueron pasando. Luna se fue haciendo una «Señora mayor» y poco a poco fue cambiando, dejó de jugar, dejó de hacerme caso hasta que un día triste nos dejó, pero se fue feliz porque pudimos disfrutar juntos de una vida llena de cariño, juegos y trastadas.

Dicen que los gatos vamos a lo nuestro, que somos fríos, ariscos… un poco interesados (bueno, esto último un poco) pero la realidad es que adoramos estar con nuestra manada, aunque sea a nuestro aire.

Antes del Señor Mayor en el que me he convertido, pesaba 12 kilos, mi pelo brillaba como el de un león, tenía clase, presencia, garra… Susana me llevaba a pasear y la gente me miraba con asombro.

He sobrevivido a un tumor en la columna y a una neumonía grave. He vivido en Mallorca, Madrid… Con Antonia, Susana, Luna y ahora convivo con Nemo. Vamos que puedo decir que he exprimido la vida.

Desde hace 3 o 4 años mis rutinas han cambiado mucho, mi fuerza no es la misma y se que Susana se ha adaptado a mis ritmos y necesidades. Los ojos me pican y he perdido visión (después he perdido algo de olfato y oído), me duelen las articulaciones, a veces se me escapa el pis, en ocasiones lo otro… pero disfruto estando tranquilo, al sol y en compañía de Susana. Y afortunadamente, ¡No he perdido el apetito! Antonia me hace unos caldos sin sal… que me vuelven loco.

Susana se ha adaptado a mis ritmos y necesidades

Tengo unos 100 años humanos (20 años)
Susana empezó a llamarme «Señor Mayor» porque decía que empezaba a tener cara de señor mayor. Fue entonces cuando me puso un super colchón para mis dolores, una banqueta para subir a su cama (que en el fondo es más mía), agua fresca por varias zonas de la casa, no cambia las cosas de sitio para que no me despiste… Me peina, limpia, corta las uñas… Vamos al veterinario a las revisiones… No puedo estar mejor atendido 🙂

Soy un «Señor muy mayor». Se que Susana a veces se entristece porque ve cómo voy perdiendo fuerzas y tengo achaques, pero cada día juntos, es un regalo y no puedo estar más en paz; He cumplido los 20 sintiéndome siempre querido y feliz.

Pues esta es mi historia, me despido deseando el mismo cariño y cuidados a todos los «Señores Mayores», y dando gracias infinitas a mi Susana por toda la buena vida que me ha dado siempre.

Firmado:

El Señor Mayor

Abrir chat
Puedes pedir cita a través de WhatsApp
Hospital Gattos
Hola, solicita tu cita por este canal. Te responderemos lo antes posible. Si es una urgencia, llama al 915 040 651.