Los gatos suelen ser muy cuidadosos y es raro que se coman cosas que puedan perjudicarles, sin embargo, hay gatos a los que les encanta comer cordones, cuerdas, cables, plumas de ratones, ¡incluso ratones enteros¡
¿Es esto peligroso? Pues depende mucho del tamaño y forma de lo que se hayan comido. Generalmente los objetos redondeados no dañan el estómago pero una vez en el intestino delgado, que es una estructura estrecha, pueden originar una obstrucción, requiriendo cirugía urgente.
El último caso de este tipo que hemos tenido ha sido el de un gato que se comió un hueso de aceituna, que pudiendo parecer algo pequeño estaba ocasionando una obstrucción total del intestino.
Los cordones, cuerdas y cables son en cambio finos y pueden parecer más inofensivos, pero si son lo suficientemente largos pueden ser muy peligrosos, ya que una vez que han pasado al intestino pueden originar un "fruncido" de éste (como cuando tiramos del hilo de una manta). El intestino fruncido sufre lesiones muy graves y puede incluso perforarse. Es por tanto una causa de cirugía de urgencia.

Por eso, si detectas que tu gato se ha comido un objeto lo suficientemente grande o largo, debemos actuar rápido y hacer una endoscopia del estómago (gastroscopia), para extraerlo antes de que pase al intestino.
Esto es lo que hicimos con Peluso, un gato inquieto y muy juguetón que decidió comerse el cordón de un zapato. Su propietaria lo detectó y acudió inmediatamente a la clínica.
Con nuestro video gastroscopio específico felino pudimos extraer el cordón de su estómago en pocos minutos. Esta técnica realizada a tiempo puede evitar muchas cirugías.

