Me presento, soy Vanessa Carballés, veterinaria de Gattos Centro Clínico Felino. Estoy embarazada de 8 meses, y he decidido escribir mi experiencia personal, porque muchos me preguntáis u os sorprendéis de que pase consulta en un centro exclusivo para gatos, estando embarazada.
Llevo conviviendo con gatos toda mi vida, mis propios gatos han sido gatos adoptados de la calle, y toda mi vida profesional como veterinaria la he ejercido prácticamente sólo con gatos. Sin embargo soy toxoplasmosis negativa, es decir, no tengo anticuerpos frente a la enfermedad. O sea, ¿siempre rodeada de gatos y nunca me han contagiado? Además mi gato Taufi, si tiene anticuerpos, es decir, es portador de la enfermedad aunque asintomático. Si no sabes nada de esta enfermedad, lo más normal sería pensar que no debería convivir con mi gato, ya que podría infectarme, y es una enfermedad muy grave para el feto.
Pero la verdad es que siempre he estado muy tranquila, la convivencia con mi gato y la atención en consulta la desarrollo con total normalidad. ¿Por qué? porque generalmente un gato cuando se infecta de toxoplasmosis libera quistes infectantes por las heces sólo durante los primeros 15 días después de la infección, por lo tanto, imaginaros hace cuento debió ocurrir aquello, ya que sólo alimento a mi gato con comida comercial (pienso y latas) y no sale al exterior y para que los gatos se contagien deben comer presas infectadas (pájaros, ratones…) o beber agua contaminada con quistes del parásito.
Además, cuando limpiamos la caja de arena, nunca tocamos las heces ya que siempre lo hacemos mediante una paleta, y aunque accidentalmente lo hiciéramos, y nuestro gato se hubiera infectado recientemente y estuviera eliminando quistes por sus heces, esos quistes necesitarían estar al menos 24 horas en el medio ambiente para poder ser infectantes, por lo tanto, la infección a través de un gato es muy difícil.
Resumiendo, nuestro gato, o cualquier otro gato, sólo nos puede transmitir la toxoplasmosis si acaba de contagiarse (ha cazado, comido carne cruda infectada, bebido agua contaminada) y si además ingerimos sus heces, al menos un día tras que las haya depuesto. Como comprenderéis, adoptando unas medidas de higiene mínimas, esto no ocurre nunca!
¿Entonces por qué los ginecólogos durante tanto tiempo han dicho que si tenías gato y estabas embarazada no podías convivir con él? por el simple hecho de que el gato es el único hospedador definitivo del parásito, es decir, es el único animal que al infectarse por el parásito es capaz de eliminarlo por sus heces, y por lo tanto, es el que termina el ciclo del parásito y el que puede infectar el entorno, pero durante un tiempo limitado. Por tanto, debe quedar claro que una vez que ese gato se infecta y pasa la enfermedad aguda, se queda como portador latente pero no vuelve a eliminar los quistes capaces de infectar.
¿Cómo nos contagiamos de la toxoplasmosis entonces? Por comer verduras mal lavadas, carne poco cocinada, embutidos o bebiendo agua no potable. También si comemos sin lavarnos las manos y hemos manipulado carne o verduras contaminadas.
De hecho hoy en día la toxoplasmosis es una enfermedad muy poco frecuente, y posiblemente en muy poco tiempo sea un test que ya no se haga a las mujeres embarazadas. Afortunadamente en mis dos embarazos, he podido comprobar que la información que se da por parte de los ginecólogos con respecto a las fuentes de contagio es muy distinta a la que se daba antes, ya que ahora se le da mucha mas importancia a mantener unas medidas de higiene básicas (lavarse las manos, comer comida bien cocinada, comer verduras bien lavadas…) y a tener más cuidado con la manipulación de alimentos.
Por todo ello, he podido tener un embarazo perfecto, disfrutando de mi gato y atendiendo a mis pacientes.
Bueno, ya queda menos para que nazca mi hija, nos vemos en agosto!